jueves, 31 de marzo de 2016

Un estudio demuestra que el insomnio está relacionado con la decisión de comer más grasas.

El sueño es imprescindible para que nuestro organismo descanse, se regenere y nos encontremos bien. Si no dormimos nos sentimos con falta de energía y una de las formas de paliar esta carencia es comiendo más cantidad de alimentos.

Un interesante estudio publicado el 3 de febrero de este año en Scientific Reports, con el título: Altered salience network connectivity predicts macronutrient intake after sleep deprivation, demuestra que la falta de sueño nos impulsa a comer más grasas porque se activa una zona cerebral conocida como «Red de asignación de relevancia» (Salience network), encargada de la toma de decisiones.


De la investigación mencionada nos habla El Confidencial, hoy 18 de marzo de 2015, y refiere, con detalle, el trabajo llevado a cabo por los investigadores.

Este es el primer estudio que relaciona una zona concreta del cerebro con la falta de sueño y el aumento del apetito. Ya se sabía que el insomnio aumentaba la necesidad de comer por la alteración metabólica que desencadena, al producirse un estrés, se produce mayor cantidad de cortisol, además de una afectación de las hormonas relacionadas con el apetito y el equilibrio de la energía (insulina, leptina y grelina), se sabía también que se producía una estimulación cerebral relacionada con las áreas de estimulación y recompensa, pero no sabíamos qué parte concreta del cerebro se estimulaba por la falta de sueño.

En la investigación liderada por el Dr. Hengyi Rao, profesor de la Universidad de Pensilvania, demostraron que las personas que no dormían consumían muchas más calorías en forma de grasas y menos en forma de carbohidratos que los que dormían bien. Es importante este descubrimiento porque orienta mucho en el tratamiento del sobrepeso y obesidad fomentadas por el insomnio.

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